Sin votos no hay paraíso
En el PP se vota poco. Yo digo esto casi siempre pero no pasa nada. Yo no voy a abandonar el partido porque no estoy afiliado. Pero estoy seguro que soy más leal y quiero más las ideas que defiende el PP, que muchos que viven del mismo. Porque la lealtad consiste en decir lo que honestamente uno piensa. Lo demás es "borreguismo" adulterado por "vaya usted a saber porqué". Las ideas del partido me interesan más que su organización. Porque yo creo más en el individuo y en la empresa que en el Estado. Porque creo más en la sociedad civil que en la oligarquía de partidos que reina en esta península. Por eso yo no estoy en el partido, pero igual se me espera.
He escrito, más veces de las necesarias, que el PP necesita cambiar sus estatutos para ser igual de democráticos que los del club de petanca de mi barrio, la asociación de vecinos, la junta central de moros y cristianos, la falla del barrio, o el colectivo que usted piense. No hay ya, casi ninguna, asociación civil donde no se elijan a sus representantes por votación abierta y donde todos, no solo los delegados, voten desde su presidente a su tesorero. Ninguna decente. Por tanto, en el PP hay gente que le viene bien este sistema de elección a dedo porque si tú conoces a alguno de los que mandan, te colocan de candidato a alcalde, de diputado, o de cualquier cosa. Lo dijo, y acertó, el presidente Bono: Es más fácil ser diputado si eres amigo de Rajoy o de Blanco, que si las bases te quieren.
No parece decente. Ni democrático. Repito, no es democrático, tal como lo implementamos en la sociedad civil. Y me importa, un comino -como diría Cascos- si esos estatutos se han votado por unos delegados en un congreso. Si esos delegados son los más beneficiados de que el afiliado de a pie no se exprese. ¿Qué van a votar? Pues sus privilegios. ¿Qué va a votar un nieto al que su abuelo le deja el puesto de senador? Lo malo no es eso. Lo malo es que la militancia no se rebele contra esa falta de democracia real. Es una democracia tutelada. Muy parecida a la administrada en Cuba o en otros regímenes totalitarios.
Cascos se ha ido pero yo no me voy. No me voy porque no estoy. Y no me voy porque creo en las ideas de este partido y en muchas gentes anónimas votantes y colaboradores de este proyecto político. Y no me voy porque no estoy afiliado, como ya dije. Porque si estuviese afiliado me dirigiría a las bases para cambiar el sistema de elección de los cargos. Porque el miedo a votar sólo lo tienen aquellos que saben que no salen "ni hartos de vino". Y hay bastantes en puestos de representación popular puestos a dedo que no repetirían. Cascos, mismamente, podría haberlo hecho cambiar cuando mandaba , y mucho. Y otro gallo le cantaría. Siendo secretario general del PP no le escuché lo de ejercer la democracia interna, que a buen seguro lo habría aupado a la candidatura de Asturias.
Tú cuando dejas que la gente vote libremente, los afiliados se movilizan, lo agradecen y lo legitiman. Porque la legitimación que consigues cuando te eligen por votación no es la de la designación por "amiguete" o por cercanía al poder. Por ejemplo, ¿qué tal si dejan a los militantes de Benidorm que elijan a su candidata o candidato a alcalde? A votar que es bueno y no da cáncer. Lo otro es poner al que ya perdió en Orihuela por querer poner a dedo al que las bases, que votaron, no quisieron.
Yo he votado y me han votado. A veces he ganado y otras he perdido. Pero no habría aguantado un sistema que no me hubiese dejado presentarme para perder, o para ganar. Si para obtener la representación del pueblo, vía PP, he de establecer el peloteo para que me coloquen, entonces no me gusta la organización de este partido que dice llamarse democrático.
Sin votos no hay paraíso. El paraíso es la libertad. La libertad es una persona, un voto. Todo lo que sea falsear ese sistema de elección siempre estará fomentado por gentecilla que no es capaz de conseguir los votos de los suyos. Y entonces, ¿cómo los van a votar los suyos y los otros? Algún día me afiliaré, pero para votar.
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